Por Mercedes De La Torre
16 de enero de 2023 / 7:15 a. m.
El Papa Francisco recordó este 16 de enero la celebración del próximo Jubileo del Año 2025, que tendrá como lema “Peregrinos de esperanza”, y propuso tres consejos a quienes forman parte de cofradías.
Durante una audiencia en el Vaticano a representantes de la Confederación de Cofradías de las Diócesis de Italia, el Santo Padre habló del Jubileo del 2025, haciendo notar que “nos estamos preparando para este momento fuerte en la vida de la Iglesia”.
En su discurso, el Pontífice señaló que esta confederación fue fundada en el Jubileo del Año 2000 para “acoger, sostener y coordinar” las numerosas cofradías en Italia.
En la actualidad, en dicho país existen alrededor de 3 mil 200 cofradías con un total aproximado de dos mil miembros.
En esa línea, el Papa Francisco subrayó la importancia del Concilio Vaticano II, que en la Consititución Lumen gentium se refiere a “la naturaleza y misión” de los laicos en la Iglesia, “llamados por Dios a contribuir, casi desde dentro como la levadura, a la santificación del mundo”.
Asimismo, el Santo Padre recordó a San Juan Pablo II, que en 1984 resaltó la urgencia de la evangelización para “llevar la luz, la redención, la gracia de Cristo a los hombres de nuestro tiempo”.
A continuación, Francisco también destacó la actualidad de la Evangelii nuntiandi de San Pablo VI, afirmando que se trata de una exhortación apostólica “profética, que ayuda, que hace ir hacia adelante”.
De este modo, el Papa Francisco alentó a las cofradías a “dejarse animar por el Espíritu Santo y a caminar, como lo hacen en las procesiones”. Siguiendo esa figura, los invitó a “organizar su camino en tres líneas fundamentales”:
En primer lugar, “caminar sobre las huellas de Cristo”. De ahí la importancia de estar cercanos al Evangelio, de colocar al centro a Jesucristo y de acudir a menudo a los sacramentos.
Luego, el Santo Padre les sugirió “caminar juntos”, sirviéndose de instrumentos comunitarios de formación, de discernimiento y de deliberación, así como manteniendo un contacto vivo con la Iglesia local.
Y, en tercer lugar, el Papa Francisco aconsejó “caminar anunciando el Evangelio”, testimoniando la fe y cuidando de los hermanos, en especial, de quienes padecen “las nuevas pobrezas de nuestro tiempo”.
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El Papa Francisco también alentó a no caer en celebraciones “nostálgicas del pasado, cerrazones ante el presente o pesimismo ante el futuro”
Finalmente, el Santo Padre pidió reinvertir el patrimonio “espiritual, humano, económico, artístico, histórico e incluso folclórico, abiertos a los signos de los tiempos y a las sorpresas de Dios”.
Mercedes De La Torre es una periodista mexicana radicada en Roma, que informa sobre el Vaticano desde 2006. Ha cubierto en televisión, radio y prensa diversos viajes internacionales de los pontificados de Benedicto XVI y del Papa Francisco. Licenciada en Pedagogía y Comunicación con maestría en Comunicación Institucional de la Iglesia y especialidad en Evangelización a través de las redes sociales. Forma parte del equipo de Redacción de ACI Prensa desde octubre de 2018.
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El Papa Francisco invitó a mirar el ejemplo de la Virgen María para llevar “fraternidad a todos los rincones de la nuestra sociedad”. Así lo dijo a una delegación de la Real Archicofradía de la Virgen de la Cinta de Tortosa (España) recibida en audiencia en la Sala Clementina del Vaticano este 12 de abril.
En la Misa que clausuró la Jornada Mundial de las Cofradías y la Piedad Popular, hoy en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco exhortó a las Hermandades del mundo a vivir con “autenticidad evangélica, eclesialidad, ardor misionero”. “En el camino del Año de la Fe, me alegra celebrar esta Eucaristía dedicada de manera especial a las Hermandades, una realidad tradicional en la Iglesia que ha vivido en los últimos tiempos una renovación y un redescubrimiento. Saludo a todos con afecto, en especial a las Hermandades que han venido de diversas partes del mundo. Gracias por su presencia y su testimonio”. El Santo Padre señaló que en el Evangelio de hoy escuchamos “un pasaje de los sermones de despedida de Jesús, que el evangelista Juan nos ha dejado en el contexto de la Última Cena. Jesús confía a los Apóstoles sus últimas recomendaciones antes de dejarlos, como un testamento espiritual”. “El texto de hoy insiste en que la fe cristiana está toda ella centrada en la relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Quien ama al Señor Jesús, acoge en sí a Él y al Padre, y gracias al Espíritu Santo acoge en su corazón y en su propia vida el Evangelio”. El Papa indicó que “aquí se indica el centro del que todo debe iniciar, y al que todo debe conducir: amar a Dios, ser discípulos de Cristo viviendo el Evangelio”. Francisco recordó que su predecesor, Benedicto XVI, al dirigirse a las Hermandades usó la palabra “evangelicidad”, por lo que les recordó que “la piedad popular, de la que son una manifestación importante, es un tesoro que tiene la Iglesia”. Los obispos latinoamericanos definieron la piedad popular, dijo el Papa, “como una espiritualidad, una mística, que es un ‘espacio de encuentro con Jesucristo’”. El Santo Padre exhortó a las Cofradías a acudir “siempre a Cristo, fuente inagotable, refuercen su fe, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia”. “A lo largo de los siglos, las Hermandades han sido fragua de santidad de muchos que han vivido con sencillez una relación intensa con el Señor. Caminen con decisión hacia la santidad; no se conformen con una vida cristiana mediocre, sino que su pertenencia sea un estímulo, ante todo para ustedes, para amar más a Jesucristo”. Francisco señaló que en el pasaje de los Hechos de los Apóstoles leído hoy “hemos escuchado nos habla de lo que es esencial”. “En la Iglesia naciente fue necesario inmediatamente discernir lo que es esencial para ser cristianos, para seguir a Cristo, y lo que no lo es. Los Apóstoles y los ancianos tuvieron una reunión importante en Jerusalén, un primer ‘concilio’ sobre este tema, a causa de los problemas que habían surgido después de que el Evangelio hubiera sido predicado a los gentiles, a los no judíos”. “Fue una ocasión providencial”, indicó el Papa, “para comprender mejor qué es lo esencial, es decir, creer en Jesucristo, muerto y resucitado por nuestros pecados, y amarse unos a otros como Él nos ha amado”. “Pero noten cómo las dificultades no se superaron fuera, sino dentro de la Iglesia. Y aquí entra un segundo elemento que quisiera recordarles, como hizo Benedicto XVI: la ‘eclesialidad’”. El Papa subrayó que “la piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con sus Pastores”. “Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia los quiere. Sean una presencia activa en la comunidad, como células vivas, piedras vivas”, exhortó el Papa, pidiendo que “amen a la Iglesia. Déjense guiar por ella. En las parroquias, en las diócesis, sean un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana”. “Veo en esta plaza una gran variedad de colores y de signos. Así es la Iglesia: una gran riqueza y variedad de expresiones en las que todo se reconduce a la unidad, al encuentro con Cristo”. El Santo Padre señaló que la “misionariedad” también debe caracterizar a las Cofradías, pues “tienen una misión específica e importante, que es mantener viva la relación entre la fe y las culturas de los pueblos a los que pertenecen, y lo hacen a través de la piedad popular”. “Cuando, por ejemplo, llevan en procesión el crucifijo con tanta veneración y tanto amor al Señor, no hacen únicamente un gesto externo; indican la centralidad del Misterio Pascual del Señor, de su Pasión, Muerte y Resurrección, que nos ha redimido; e indican, primero a ustedes mismos y también a la comunidad, que es necesario seguir a Cristo en el camino concreto de la vida para que nos transforme”. Francisco remarcó que cuando las Hermandades “manifiestan la profunda devoción a la Virgen María, señalan al más alto logro de la existencia cristiana, a Aquella que por su fe y su obediencia a la voluntad de Dios, así como por la meditación de las palabras y las obras de Jesús, es la perfecta discípula del Señor”. “Esta fe, que nace de la escucha de la Palabra de Dios, ustedes la manifiestan en formas que incluyen los sentidos, los afectos, los símbolos de las diferentes culturas… Y, haciéndolo así, ayudan a transmitirla a la gente, especialmente a los sencillos, a los que Jesús llama en el Evangelio ‘los pequeños’”. El Papa les pidió ser “también ustedes auténticos evangelizadores. Que sus iniciativas sean ‘puentes’, senderos para llevar a Cristo, para caminar con Él. Y, con este espíritu, estén siempre atentos a la caridad”. “Cada cristiano y cada comunidad es misionera en la medida en que lleva y vive el Evangelio, y da testimonio del amor de Dios por todos, especialmente por quien se encuentra en dificultad. Sean misioneros del amor y de la ternura de Dios”. “Pidamos al Señor que oriente siempre nuestra mente y nuestro corazón hacia Él, como piedras vivas de la Iglesia, para que todas nuestras actividades, toda nuestra vida cristiana, sea un testimonio luminoso de su misericordia y de su amor”. Francisco indicó que “así caminaremos hacia la meta de nuestra peregrinación terrena, hacia la Jerusalén del cielo. Allí ya no hay ningún templo: Dios mismo y el Cordero son su templo; y la luz del sol y la luna ceden su puesto a la gloria del Altísimo. Que así sea”, concluyó.
El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, recordó que las cofradías deben ofrecer “un ejemplar testimonio evangélico y ser levadura, luz y sal en el interior de la sociedad”. Al cumplirse el décimo aniversario de la Confederación de las Cofradías diocesanas de Italia, el Cardenal Bertone presidió una Misa en la Plaza de San Pedro ante unos 12 mil cofrades, según informó Radio Vaticana. En su homilía, recordó que “las cofradías son herederas de una antigua y fecunda historia que tiene raíces milenarias, pues a lo largo de los siglos han testimoniado la consigna del Papa de anunciar el Evangelio y la practica concreta de la caridad como elementos distintivos de su peculiar presencia en la Iglesia y en la sociedad”. El Secretario de Estado invitó a los miembros de las cofradías a redescubrir y profundizar en su identidad de laicos comprometidos en el interior de una realidad eclesial, guiada fundamentalmente por los cinco criterios eclesiales señalados por Juan Pablo II en su exhortación post sinodal de 1988 “Christifideles laici”: el primado de la vocación de cada cristiano a la santidad; la confesión de toda la fe católica; la comunión con el obispo y todas las demás realidades eclesiales; la conformación y participación apostólica de la Iglesia; y el compromiso de estar presentes como “sal” y “levadura” en la realidad humana. El Cardenal Bertone pidió a los cófrades alimentar constantemente su fe con la Palabra de Dios y los Sacramentos poniendo en el centro de sus vidas y de sus familias a la Eucaristía dominical. “Una experiencia que en el interior de las cofradías debe ser renovada con la formación y el camino espiritual que necesariamente pasa a través de la meditación de las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Iglesia”, dijo el Purpurado.
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