Por Julieta Villar
17 de enero de 2023 / 5:15 p. m.
Tras la trágica muerte de Milagros, una niña de 12 años que falleció el viernes en la provincia de Santa Fe (Argentina) y registró la secuencia con su celular, un sacerdote reflexionó sobre los peligros de las redes sociales y cómo ayudar a los niños a tener “una sólida autoestima”.
La causa de muerte de Milagros fue “asfixia mecánica por ahorcamiento”, y de acuerdo a los resultados de la necropsia “no hay signos de abuso o de intervención de terceros”, por lo que sus motivos aún se desconocen.
Debido a esto, se investiga el caso como un presunto suicidio. El teléfono de la niña, donde hay un registro de la secuencia de su muerte en video, se encuentra en manos de la Justicia.
En un primer momento, se vinculó su muerte a un desafío viral de TikTok denominado “Blackout Challenge”, que consiste en aguantar la respiración hasta provocar un desmayo.
Las primeras pericias al teléfono móvil no encontraron evidencias que vinculen la muerte con dicho reto. Sin embargo, fuentes judiciales anticiparon a La Nación que se analizará el historial y la actividad que Milagros mantenía en las redes sociales.
Tampoco se hallaron rastros de una presunta videollamada con sus compañeros de clase, en la que Milagros podría haber sido instigada a efectuar el reto, versión que sus familiares dieron en un principio a medios locales.
A través de las redes sociales, la tía de Milagros, Laura Luque, alertó sobre lo sucedido “para que a ningún chico le pase, y tampoco que su familia pase lo que nosotros estamos viviendo ahora”.
El P. Leandro Bonnin, sacerdote de la Arquidiócesis de Paraná que presta servicio en San Roque (Chaco), reflexionó sobre lo sucedido.
“Creo que es importante dejarnos ‘golpear’ por estas historias, y que no pase como una noticia más”, afirmó.
El sacerdote alertó sobre “la ambivalencia” de los avances tecnológicos como el teléfono celular y las redes sociales, que “teniendo una gran capacidad de hacer ‘mejores’ nuestras vidas, al mismo tiempo significan la aparición de riesgos inéditos”.
En ese sentido, y “sin intención de culpabilizar a nadie”, planteó: “¿Es conveniente que los niños tengan su propio teléfono celular? ¿Están preparados para interactuar en redes sociales? ¿Es conveniente que los utilicen sin control ni acompañamiento?”.
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El P. Bonnin se refirió luego a la necesidad de “encajar” o “pertenecer” que muchas veces ejerce presión sobre los niños: “Es preciso que los niños sepan reconocer un límite que no deben traspasar”, advirtió.
“Muchas veces es necesario tener autonomía para decir ‘no’, como sucede, por otro lado, con el consumo de sustancias y otras actividades de riesgo”, señaló.
Por eso llamó a los adultos a trabajar para que los niños tengan “una sólida autoestima, basada en el autoconocimiento y descubrimiento de sus propios valores y cualidades”.
“Es necesario que sepan, desde que son pequeños, que son únicos, valiosos, irrepetibles… y que para ser felices no tienen que hacer ‘lo que todos hacen’ ni seguir siempre ‘la corriente’”, aconsejó.
En esa línea, aclaró que los más chicos “se ‘estiman’ y se ‘valoran’ si se sienten y se saben estimados y valorados”.
“Eso se demuestra en la familia sobre todo con el tiempo de calidad que los padres eligen pasar con ellos”, aseguró.
“Es necesario ‘quererlos mucho’, pero, además, que ellos ‘se sientan queridos’, que nos gusta estar con ellos, que disfrutamos de su vida”, sostuvo.
También animó a reducir el tiempo de las pantallas: “Volvamos a pasar tiempo cara a cara, mirándonos a los ojos… y también jugando, abrazándonos, con contacto físico”.
Consultado sobre el papel de la Iglesia, el sacerdote consideró importante grabar a fuego en el corazón de los niños la certeza de que “es muy bueno que yo exista”.
Asimismo, llamó a reforzar en ellos que “son valiosos porque son imagen y semejanza de Dios, no por lo que hagan, ni por lo que logren, ni por cómo se vistan o se vean”.
También compartió la intención de que las familias, junto con la Iglesia, puedan generar espacios de pertenencia “donde los niños son amados y aceptados tal cual son”.
Para el P. Bonnin, es importante asimismo ofrecer espacios de oración, donde niños y adolescentes que quizá se sienten solos “puedan descubrir un vínculo sano y fuerte con Dios Padre, con Jesús como Amigo, con el Espíritu Santo que los guía… con el amor de María”.
Finalmente, dirigiéndose a la familia de Milagros, el sacerdote recordó que Jesús dijo: “Vengan a mí los afligidos y agobiados, y yo los aliviaré”.
“En el Corazón de Jesús pueden encontrar alivio a su pena, y pueden recibir la gracia de la esperanza de la vida eterna para su hija”.
“En el corazón de Jesús y de María puede renacer el anhelo confiado en la misericordia de Dios de un día poder reencontrarse con ella en el Cielo”, concluyó.
Julieta Villar es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de La Matanza (Argentina). Comenzó su carrera profesional como redactora en la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA). Ha colaborado en medios de prensa gráfica y tareas de comunicación en organizaciones de la sociedad civil. Desde octubre de 2022 forma parte del equipo de ACI Prensa como corresponsal para Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay.
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