Con el documento, la Iglesia en Argentina busca iluminar las distintas realidades de la persona, la familia y la sociedad inmersas en una cultura “que ya no se inspira en los valores del Evangelio sino que prescinde de Él”.
La Cevilaf expresó su deseo de que el documento “contribuya a una verdadera cultura del encuentro, de la vida y del amor humano, junto con todos aquellos que estén abiertos a una comunicación personal y pluralista y buscan sinceramente el bien de todos, sin marginar ni excluir a nadie”.
Para lograrlo, el texto “se estructura y tiene sus raíces” en la Palabra de Dios, el magisterio del Papa Francisco” y en “el sentir y la ciencia de mujeres y hombres de Iglesia que supieron acompañar con generosidad su abordaje”.
El documento reconoce que hay una amplia valoración en la sociedad de la vida, como don de Dios, del amor humano, de la familia y de la “educación integral de la sexualidad que la vincule estrechamente con el amor, la libertad y responsabilidad”.
A su vez, manifiesta su preocupación “por el incremento de las variadas formas de esclavitudes que claman a Dios” como la pornografía, la violencia, drogadicción, el aborto, entre otros.
A lo anterior, se suma “la desorientación antropológica, que tiende a cancelar las diferencias entre el hombre y la mujer, consideradas como simples efectos de un condicionamiento histórico-cultural, estructurándose como pensamiento único y clausurado a un diálogo abierto y plural y, por lo tanto, excluyendo el encuentro”, sostiene el documento.
“Todas estas esclavitudes generan angustia, atentan contra la integridad de la vida de las personas, y obstaculizan la posibilidad de construir una convivencia humana en la que efectivamente haya lugar para todos y a todos se les reconozca su inviolable dignidad”, asegura.
“Dios de la Vida y del Amor Humano” es una “propuesta cristiana” con “una palabra luminosa, liberadora y de esperanza para vivir con sentido, alegría y plenitud la vida y el amor humano”, asegura el Cevilaf.
“Para ello, necesitamos recrear permanentemente en nosotros la mirada de Dios sobre nuestra realidad. Esa es la mirada que acompaña nuestra reflexión, una mirada que anhela ver todo lo que nos sucede con los ojos y el corazón de Jesús”, concluye.
Los encargados de presentar el documento fueron el presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Oscar Ojea, y el presidente del Cevilaf y Obispo de Zárate-Campana, Mons. Pedro Laxague.
También participaron el P. Gustavo Antico y Paulette Von Wuthenau y Manuel González Quesnel, miembros del Secretariado Nacional de Pastoral Familiar.
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