Así ve la ciencia forense a San Isidro labrador, unos 900 años después de su muerte – ACI Prensa

La Archidiócesis de Madrid encargó un estudio forense sobre el cuerpo de San Isidro, custodiado por su congregación desde hace casi mil años. Los resultados, “no hacen sino reafirmar la tradición en torno a San Isidro”, afirma el Arzobispo de Madrid, Cardenal Carlos Osoro.
El Purpurado encargó el estudio a petición de la Real, Muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid, que custodia el cuerpo del santo desde hace siglos. 
Tras recibir el preceptivo permiso de la Congregación para las Causas de los Santos, el estudio se encargó a la Escuela de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense de Madrid. 
Las doctoras responsables fueron María Benito, Ana Patricia Moya, Mónica Rascón e Isabel Angulo. 
Tras diferentes inspecciones del cuerpo, llevadas a cabo entre enero y abril de este año, los resultados obtenidos abren nuevas vías de investigación posterior. 
Además, “no contradicen ninguno de los elementos que la tradición más fiable venía atribuyendo a la vida a historia de San Isidro”, informa la Archidiócesis de Madrid. 
El cuerpo corresponde al de un varón de entre 35 y 45 años, con una estatura aproximada de 167 a 186 centímetros. 
Aunque alguna tradición atribuía la edad de 90 años en el momento de fallecimiento del santo, lo cierto es que esta datación científica se corresponde mejor con la bula papal de canonización. 
En efecto, el documento promulgado por Benedicto XIII en 1724, establece como año de la muerte “cerca de 1130”, lo que es coherente con lo que dice la ciencia. 
Según el estudio, el cuerpo presenta desgastes degenerativos en algunas partes. Muy en especial en los brazos, que debieron de haberse ejercitado con intensidad, como corresponde a un labriego. 
Por otro lado, no se han encontrados signos de violencia o traumatismos mortales, si bien hay indicios de enfermedades dentales en los huesos maxilares compatibles con afecciones que podrían derivar en una infección generalizada y muerte. 
Entre las principales conclusiones obtenidas, se encuentra el hallazgo de una moneda que parece tener la silueta de un león rampante enmarcado en un rombo. 
El objeto, detectado en la laringe, no ha podido ser extraído. Sin embargo, un estudio numismático considera que podría tratarse de una “Blanca del rombo” de Enrique IV.
Se tiene constancia de una visita devota del rey castellano en el año 1463. 
Respecto de sus posibles ancestros, el examen ha encontrado signos propios de afrodescendientes. Eso sí, “las muestras incluyen otros troncos ancestrales como el caucásico o el asiático”, explica el Arzobispado. En conclusión, no es posible determinar un grupo poblacional único. 
A raíz de los estudios de imagen (TAC, tomografía axial computerizada), junto a técnicas de caracterización, han dado como resultado que se haya presentado la reproducción facial escultórica de San Isidro.
Etiquetas: Santidad, Iglesia en España, ciencia y fe, Cardenal Carlos Osoro, San Isidro Labrador, Archidiócesis de Madrid, cuerpo
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